Medellín: innovadora y diversa

Sus flores, pájaros de primavera durante todo el año, ambiente festivo y calles llenas de vida están convirtiendo a Medellín en el destino LGBT por excelencia en Colombia. La segunda ciudad más grande del país sudamericano fue la primera en salir del clóset.

 

Medellín es un lugar para florecer. No en vano ostenta el título de Ciudad de la Eterna Primavera, su mejor momento llega al atardecer cuando el calor del trópico cede ante el furor de su efervescente vida nocturna, el aroma de sus montañas, el sabor del aguardiente y la bulliciosa charla de sus habitantes; reconocidos en Colombia como los mejores conversadores. La cumbia, el tango, la salsa, la electrónica y la guaracha comienzan a llenar sus calles invitando al más tímido a entregarse a la pista de baile.

Sin nada que esconder, al turista gay le interesa saber que en Medellín hay una calle llena de historias y ritmos dedicada exclusivamente a las personas LGBT -la calle Barbacoas- ubicada en el centro de la ciudad a una cuadra del emblemático Parque Bolívar, detrás de la Catedral Metropolitana, la cual ha sido la columna vertebral de la movida gay medellinense desde los años ochenta.

Bajo el asfalto, cuando la rumba se apaga en Barbacoas, se puede escuchar el tiritar de piedras de la quebrada La Loca que se pierde bajo la Catedral, esa que dividió a la calle en tres: una para los bares habitualmente de lesbianas y gays, otra ocupada por mujeres trans y la última para las tiendas de utilería religiosa y productos desechables. El eco de La Loca aumenta cada año durante el último fin de semana de junio, cuando la marcha del orgullo LGBT (la segunda más grande del país) inunda los escasos cien metros del callejón.

Aunque la celebración se hace regularmente desde 1998 lo cierto es que Medellín es la ciudad que dio el primer grito de liberación LGBT en Colombia. A mediados de los años setenta el Movimiento por la Liberación Homosexual fundado por el filósofo León Benhur Zuleta fue el creador de la primera revista gay colombiana -El Otro- de la cual se conservan algunos ejemplares en la Biblioteca de la Universidad de Antioquia donde también se pueden encontrar otras joyas de la literatura local homosexual, como “Te quiero mucho poquito nada”, novela del artista y escritor Félix Ángel ambientada en la Medellín de los años setenta, y el ensayo académico “Raros: historia cultural de la homosexualidad en Medellín” del profesor Guillermo Correa, quien contextualiza cien años de la vivencia homosexual en la ciudad.

El Movimiento por la Liberación Homosexual se preciaba de tener 10.000 miembros activos, aunque la cifra era una mentirilla piadosa de Zuleta para animar a otros a salir del closet y colectivizar sus deseos. Y se logró.

Desde entonces, las distintas generaciones de organizaciones sociales y los avances legislativos como el matrimonio igualitario y la adopción por parte de parejas del mismo sexo han contribuido a hacer de Medellín una ciudad amable con el nativo y el visitante LGBT.

Por consiguiente en el año 2014 fue incluida en la Red Latinoamericana de Ciudades Arcoíris y en 2019 se celebró el “Foro Conexía Medellín 2019: Turismo LGBT, una gran oportunidad de crecimiento para Medellín y la Región” que reunió al gobierno local, al gremio hotelero y a las entidades encargadas de fortalecer al turismo con el objetivo común de hacer de la ciudad un destino gay friendly. Medellín es una ciudad que se vive mejor afuera. Entre los espacios públicos que ofrecen buena acogida a la población LGBT se encuentra la plazoleta

 

¿Sabías que en Colombia se ratificó el matrimonio de personas del mismo sexo en 2016?

 

Carlos E. Restrepo al occidente de la ciudad, que con su ambiente bohemio y su oferta de galerías artísticas y restaurantes rompe el hielo de cualquier conversación. Al sur de Medellín, cerca al reconocido barrio El Poblado, el parque Ciudad del Río ofrece 500 metros lineales para la recreación al aire libre, el encuentro desprevenido para hacer amigos y los acostumbrados picnics de domingo.

En el centro de la ciudad, el Parque del Periodista reúne cada noche lo más variado de la diversidad cultural de Medellín; desde punkeros, metaleros, teatreros, hasta población LGBT celebran la juntanza en la diferencia. El Parque del Periodista se ha convertido en un punto de articulación para la vida cultural de la ciudad; bajo la sombra de su antiguo árbol de caucho han surgido desde organizaciones sociales hasta periódicos como Universo Centro que narra el constante cambio, los personajes fugaces y la diversidad que habita el centro de Medellín.

A solo una cuadra del Parque está el Cen tro Colombo Americano que desde hace 18 años ha activado el Ciclo Rosa durante el mes de junio con una programación de audiovisuales, foros académicos, talleres y exposiciones dedicados exclusivamente a la diversidad sexual. Esta agenda cultural la ha nutrido también el Museo de Arte Moderno con exposiciones y programaciones académicas como Formas de libertad del artista Carlos Motta que recopiló los hitos del movimiento LGBT en el ámbito local y mundial; y espacios como La Esquina del Movimiento, en el Museo de Antioquia, una vitrina que ha sacado el arte de los muros del antiguo edificio a la calle. Allí, entre las calles Cundinamarca y Calibío es habitual ver performances que activan la conversación sobre las sexualidades diversas y el espacio público. Distintos colectivos de arte drag, bailarines, activistas y artistas del performance han encontrado en aquella esquina una posibilidad de expresión para su trabajo artístico.

Como iniciativas propias de los sectores LGBT, otros espacios de activación artística han aparecido en un híbrido entre lo festivo y lo estético, como The Gallery At Divas (en la parte baja de la calle Barbacoas) y la Casa Centro Cultural (una cuadra al sur del Parque Bolívar sobre la calle Maracaibo), cuyas fachadas no difieren de los distintos bares que las rodean, en su interior esconden espacios dedicados al arte, el cuerpo y la sexualidad, con habituales exposiciones de fotografía y pintura, performances y videoarte.

La movida gay medellinense también se vive alegremente por fuera de su centro; espacios como el Parque Lleras ubicado en el exclusivo sector de El Poblado al sur de la ciudad o los bares de la Avenida 33 que cada vez reciben más turistas y habitantes LGBT, animados por el circuito drag que ha avivado lo político de la fiesta, de la mano de colectivos como Cultura Drag Medellín, New Queers On The Block y Drag King Medellín. La fiebre drag se ha tomado a Medellín al punto de que en 2019 en el teatro Camilo Torres de la Universidad de Antioquia se llevó a cabo el primer concurso local Under Drag Queer.

Por fuera de la fiesta y la agenda cultural Medellín transpira diversidad también en los barrios altos. Desde el Parque de El Periodista es fácil tomar un bus con destino al Cerro Pan de Azúcar, uno de los ocho cerros tutelares de la ciudad. Además de la vista panorámica puede contactarse al parche de la Mesa LGBT de la Comuna 8 y conocer su proyecto Casa Diversa. Esta organización, declarada en 2017 como el primer sujeto de reparación colectiva de los sectores LGBT en el marco del conflicto armado, ha ampliado las posibilidades de habitar y disfrutar la ciudad con su trabajo comunitario y apropiación del espacio público. En los recorridos que ofrece la Mesa LGBT por los barrios de la Comuna 8, además de memorias azarosas y anécdotas de amores prohibidos; es posible hacer senderismo por los parajes naturales que van desde la montaña hasta una cascada secreta en la periferia de Medellín.

En julio, durante la Feria de las Flores que es el festival más reconocido de la ciudad, es más frecuente hallar parejas del mismo sexo en la búsqueda de artesanías sobre el Pasaje Junín, disfrutando de los distintos conciertos, del desfile de silleteros y de los eventos que tienen lugar durante esa semana. En 2019, incluso, la programación incluyó un Tour Queer Flores y Silletas como una estrategia para reconocer la diversidad sexual de la ciudad y potenciar la participación de la ciudadanía LGBT en la Gran Fiesta de Medellín.

Para despedir unas vacaciones con algo de humedad y actividad al aire libre, o para una petición de matrimonio en parajes inolvidables, la opción más segura se encuentra en los municipios del Oriente Antioqueño. Allí, la población LGBT se ha venido organizando para reactivar el turismo en los ríos de San Carlos, la piedra de El Peñol y la represa de Guatapé, municipio celebró en diciembre de 2019 su primera marcha del orgullo LGBT como guiño a un turismo más diverso y colorido como sus fachadas y tradicionales zócalos, patrimonio urbanístico y arquitectónico del departamento de Antioquia.

Medellín, una ciudad antaño signada por la violencia, el narcotráfico y la discriminación resurge, para dar la bienvenida a tiempos de apertura y empatía; cada vez más espacios son conquistados por los solitarios gays que buscan encontrarse, las parejas de lesbianas que celebran su luna de miel y las cada vez menos tímidas identidades transgénero y queer que caminan por sus pasajes y bulevares.

 

Texto por Julio Londoño

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