Además, los visitantes pueden viajar a los vecindarios montañosos para aprender de primera mano sobre la transformación de la ciudad o subir a los teleféricos para obtener una mejor vista de una de las ciudades más modernas antes de disfrutar unos de los mejores escenarios gastronómico y nocturnos del país.
También se puede viajar a los barrios montañosos para conocer de primera mano la transformación de la ciudad o subir a los teleféricos para contemplar a vista de pájaro esta inspiradora ciudad antes de disfrutar de una de las mejores escenas gastronómicas y nocturnas del país.
Medellín es conocida por su increíble Feria de las Flores, durante la cual los silleteros desde las zonas montañosas aledañas llegan a la ciudad a mostrar sus elaborados arreglos florares.
Mientras que el principal centro urbano de la región es sin duda una maravilla, la zona rural de los Andes Occidentales es igual de especial. Como un lienzo espectacular que aprovecha todos los colores de la paleta, la región es una brillante tierra de laderas perfectamente cuidadas y de exuberantes valles llenos de flores que atraen infinidad de aves exóticas. Un lugar donde las impecables casas de campos de dos tonalidades diferentes con ventanales pintados de colores vivos, se asoman a las aguas de los ríos cristalinos que descienden con vigor desde las montañas.
Aquí la agricultura y la naturaleza coexisten en armonía, en parte como resultado de la omnipresencia del perpetuo arbusto de café, el cual parece haber sido diseñado específicamente para estas montañas.
Pero el café es más que solo cultivo, es un estilo de vida. Si bien es cierto que la cosecha de café se da en diferentes regiones del país, en ninguna es tan importante como en la cultura local de los Andes Occidentales. El vínculo entre el grano de café y estas tierras es tan esencial que la región ha sido declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, designándola así, como el Paisaje Cultural Cafetero.
Desde los habilidosos recolectores, quienes se balancean con destreza en las colinas empinadas para recoger los granos con sus propias manos, hasta los coloridos jeeps cargados con la cosecha y las rebosantes cafeterías en las pintorescas plazas de los pueblos, el café pone a vibrar a los Andes Occidentales y los visitantes pueden seguir el proceso paso a paso desde la siembra hasta la experiencia de tomarse una taza de café.
Tres de los departamentos más meridionales de los Andes Occidentales conforman el Eje Cafetero, el tradicional corazón de la producción de café en Colombia. Las tres capitales departamentales del eje: Manizales, Pereira y Armenia son excelentes puntos de partida para visitar las plantaciones de café. Para una experiencia más inmersiva, visita uno de los más fabulosos pueblos rurales de la zona, donde los agricultores y visitantes se juntan por una taza de café.
Las montañas del Eje Cafetero fueron colonizadas por primera vez por paisas de Antioquia en la busca de tierras fértiles. Los primeros colonos llevaron consigo el amor por el campo, la buena gastronomía y una distintiva arquitectura.
Salento es conocida por sus coloridas casas y su ambiente tradicional cafetero. También es la entrada del imperdible Valle del Cocora, con sus imponentes palmas de cera, las más altas del mundo.
Cerca de Filandia, se encuentra algunas de las arquitecturas paisas mejor preservadas de la región, con sus casas de dos pisos perfectamente pintadas y con increíbles balcones de madera; es un lugar también conocido por sus tradicionales artesanales.
El Eje Cafetero es también el principal punto de partida al magnífico Parque Nacional Los Nevados, que ofrece excursiones de altura entre glaciares, páramos y lagos. La acción térmica de los volcanes del parque permite calentar media docena de baños termales en las estribaciones de las montañas, siendo esta una gran invitación a la relajación después de un extenuante día de actividades.
Tan impresionante como es, el parque es solo uno de los muchos y estimulantes atractivos naturales de los Andes Occidentales Colombianos. Con un clima agradable, excelente infraestructura y vistas panorámicas, la región es uno de los mejores lugares del país para practicar ciclismo y tener aventuras al aire libre.
Las estribaciones de estas montañas albergan muchas pequeñas reservas naturales que se encuentran entre los mejores destinos para la observación de aves del continente, mientras que la reserva natural de río Claro, ubicada al oriente de la región, se centra en un maravilloso río cristalino, ideal para bañarse, que fluye a través de un estrecho cañón rodeado de selva. Aguas igualmente claras pueden ser encontradas entre los acogedores paisajes rurales del río La Miel, donde los Andes Occidentales se encuentran con el río Magdalena.
Otra experiencia imperdible al aire libre es la amplia reserva de Guatapé, que acoge el pequeño y bello pueblo del mismo nombre. Formado por la inundación de un valle fluvial para generar electricidad, es un laberinto de interminables penínsulas que se adentran en las frescas aguas de la montaña. Para disfrutar de las mejores vistas, sube a la cima de la Piedra del Peñol, uno de los monolitos más grandes del mundo.
En contraste con las brillantes pinturas de Guatapé, se encuentra el histórico pueblo colonial de Santa Fe de Antioquia es lugar mayormente pintado de paredes blancas y de piedras. Fue el primer gran asentamiento de la región, preserva su encanto original y alberga fascinantes museos, así como el icónico Puente del Occidente en el río Cauca, el más impresionante puente colgante del país.
Quizás el título del pueblo más encantador de todos le pertenezca a Jardín, al sur de Antioquia. Situado en el abrazo protector de las imponentes montañas, su increíble y colorida plaza contrasta con su enorme iglesia de piedra gris. Además, la zona que está alrededor del pueblo alberga cuevas, cascadas, ríos y haciendas de café, lo que la hace una de las más espectaculares de la región, elementos que también pueden ser explorados en los pueblos cercanos de Jericó y Támesis.
Los Andes Occidentales, que reúnen ciudades modernas y pioneras, habitantes acogedores, una rica cultura y maravilloso paisaje montañoso, son el destino ideal para todo tipo de viajes, ya sea si deseas relajarte entre la naturaleza, tomando vino y cenando; o para vivir aventuras a gran altura cargadas de energía.
Mientras la principal entrada a la región es el aeropuerto internacional de Medellín, hay también aeropuertos como el de Pereira y Armenia que reciben vuelos internacionales limitados, por último, Manizales también tiene conexión con el de Bogotá.
Por vía terrestre, el sur de la región está a tan solo tres horas de la ciudad de Cali, mientras que tanto Medellín como las ciudades del Eje Cafetero está conectadas con Bogotá, en los Andes Orientales Colombianos, por tranquilas carreteras montañosas. Desde Medellín también hay dos rutas panorámicas hacia el Gran Caribe Colombiano.