A orillas del río Loretoyacu, cuyas aguas son negras debido a la descomposición vegetal, está Puerto Nariño, un pueblo tranquilo donde habitan cerca de 7.700 personas, la mayoría de etnias indígenas. Llaman la atención los colores alegres de las fachadas de sus casas de madera y el hecho de que aquí no circulan automóviles. En el municipio se ofrecen servicios de alojamiento y de restaurante.

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