El Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina es el único Departamento insular de Colombia y se ubica en el mar Caribe al noroccidente del país. Aquí podrás disfrutar de las Posadas Nativas.
Está formado por tres islas, pequeños islotes, bajos y cayos que permiten tener fronteras en Centroamérica con 7 países: República Dominicana, Jamaica, Haití, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
El encanto y la magia del Archipiélago pasa por el famoso mar de los siete colores, por las playas sinfín de arenas blancas adornadas con palmeras que bailan al arrullo de la suave brisa marina y por la cultura de la comunidad raizal, la anfitriona, la luz particular que permite transformar a este destino en mucho más que una amplia barrera de coral para bucear.
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Con una historia de aproximadamente 400 años, a la comunidad étnica del Archipiélago que tiene su propia lengua llamada Creole (un dialecto caribeño del inglés) y su propia cultura, se le denomina la comunidad raizal.
Desde el Siglo XVII empezaron a llegar a las islas los primeros pobladores indígenas provenientes de Centroamérica, más adelante llegaron los ingleses y luego los esclavos jamaiquinos y africanos.
Con el tiempo, la mezcla de razas afro-anglo-antillana comenzó a formar la Nación Creole, un grupo social y cultural amplio, perteneciente a una gran familia caribeña. Los isleños raizales son personas naturalmente amables, acogedoras y emprendedoras que guardan ricas tradiciones culturales para ser compartidas a quienes así lo deseen.
Esta Reserva Mundial de la Biosfera y punto clave para la salud del planeta, une mediante la conservación natural, sus ecosistemas a un patrimonio histórico y humano de riqueza incalculable. Este rasgo específico es lo que hace al archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, un destino ideal para los aventureros que se interesan por conocer la historia y la cultura de los lugares que visitan.
Las Posadas Nativas, una experiencia de viaje
Los viajeros que deseen sentirse como si fueran habitantes nativos, sumergirse completamente en la experiencia del viaje y compartir las expresiones de la cosmogonía raizal, encontrarán en estas islas la mejor oferta de alojamiento para estar más cerca de lo autóctono: las denominadas “Posadas Nativas”.
Estos acogedores hogares son mucho más que un sitio para descansar, son verdaderos remansos de cultura, en los que esta se revela mediante relatos, objetos, melodías y sabores. Lo más íntimo de las raíces culturales de la isla queda al descubierto cuando se comparte a la manera isleña.
“Atendido por su propietario”, con este slogan los dueños de las Posadas Nativas, promocionan sus propias viviendas que, previamente certificadas, abren las puertas a todos aquellos interesados en la cultura de los originales de las islas.
Son los nativos, quienes conocen y permiten conocer los rincones insospechados de la geografía de cada isla promoviendo los valores ambientales y culturales, y quienes generan una estrecha conectividad entre los seres humanos y la naturaleza.
Son ellos quienes conservan la arquitectura propia levantada para generar calidez en los afectos y frescura en el ambiente. Y, son ellos, quienes entre cantos de música Reggae y Calipso, cocinan los platos típicos que incluyen pescado, tortuga, pulpo, caracol, langosta, frijoles, carne de cerdo y res asada, de iguana verde y de cangrejo negro.
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Otros lugares para disfrutar de las Posadas Nativas
Una visita a una Posada Nativa no debe dejar pasar por alto el plato estrella del Archipiélago: el Rondón; un guiso o sopa de la comida caribeña, hecha a base de leche de coco, pescado y mariscos, a la que se adiciona plátano verde, yuca, tomate y cebolla. Con un sabor y valor nutricional único, esta opción es ideal para los amantes de la comida de mar en compañía de buenos amigos.
Familias completas sacan adelante este proyecto de vida en el que nativos y viajeros se enriquecen mutuamente sin perder cada uno su propia identidad y riqueza. Las Posadas Nativas, además de generar espacios que buscan la tranquilidad de los turistas y de permitirles pasar unas inolvidables vacaciones diferentes, son una manera en la que se fortalece el sector turístico creando oportunidades para las iniciativas empresariales locales.
Cuando viajes al Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, asegúrate de reservar tu alojamiento en una Posada Nativa, lo mejor estará por descubrirse de la mano de sus dueños.