El territorio que hoy ocupa Zipaquirá, ciudad donde Gabriel García Márquez fue al colegio, era un importante centro de comercio de sal –vital para conservar los alimentos– antes de la llegada de los conquistadores. Este mineral, la esencia del municipio (fundado el 18 de julio de 1600), abunda en la Catedral de Sal de Zipaquirá, un santuario religioso construido en una mina subterránea de sal.