Para que tu viaje sea de ensueño, hemos preparado para ti una lista de alimentos exóticos de la comida colombiana ¡Conócelos y anímate a probarlos!
Comida colombiana: una historia de tradiciones fusionadas
La comida colombiana es una mezcla de tiempos, espacios y personajes. Como una película capitulada en donde no se entiende nada, pero es increíble. Igual pasa con la gastronomía criolla, pero lo rico aquí está en los sabores. Para que lo entiendas fácil, te lo resumimos:
Escena uno: llegan los españoles en 1499, descubren América. En su camino traen sus costumbres y sus alimentos: trigo, caña de azúcar, arroz, café, cítricos, olivo, melón, mango, cáñamo…
(Spoiler alert: esta historia da hambre)
Flashback: Antes de los españoles, América y Colombia ya estaban habitadas. ¿Por quién? Sus personajes principales: las comunidades indígenas.
Su dieta era de aventura: cazaban y se alimentaban con aves, pescado y animales salvajes, preparaban caldos de huesos con principios de dietas líquidas, de ahí la tradición colombiana de las sopas, pero como si fuera un salto en el tiempo, también eran vegetarianos: incluían minerales y vitaminas de vegetales y frutas.
Escena dos: A esta película, le hace falta un ingrediente muy importante, ¿quién lo pone? Las comunidades Afro que llegan al país como esclavos gracias a los españoles, ellos agregaron el toque que hacía falta para esta explosión de sabor. Lo demás, es historia.
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Gastronomía colombiana: 5 de alimentos exóticos
No se habla de la hormiga culona, no, no, no. NO se habla del jugo de Mojojoy, no, no no… Pues sí se habla y aquí te los mostramos para que los pruebes en tu viaje de encanto por la gastronomía colombiana.
1. Hormiga culona
Las hormigas las hemos visto en películas, las hemos visto construir colonias, conquistar casas, pero ¿hormigas culonas que se comen? ¡Sí! Y son deliciosas. Cuenta la leyenda que en los departamentos de Santander y Norte de Santander, en los Andes Orientales, existen unos insectos… suculentos.
Desde hace 500 años se come este manjar en Colombia, historia patria. Este es un legado indígena, así que, cuando pruebes esta delicia, piensa que estás disfrutando de la sabiduría ancestral.
Su nombre, evidentemente, se debe a las dimensiones abultadas de la parte trasera de este lindo insecto. ¿Cómo se comen? Como maní, acompañas con una cerveza fría. En Bucaramanga, capital de Santander, podrás encontrar este tesoro.
Una ciudad cálida, amable, conocida como “la ciudad de los parques”, ahí podrás disfrutar de este manjar y, además, conocer la escultura de Jesús más alta del país, con 35m e ir hasta el Parque Nacional De Chicamocha y recorrer la profundidad de uno de los cañones más impactantes del mundo.
2. Mojojoy
¿Te acuerdas de esta frase? “Viscosos, pero sabrosos”… ¡Seguro sí! Y en este caso, aplica. Los mojojoy son gusanos de forma cilíndrica, con una cabeza negra.
Para disfrutarlos debes recorrer cientos de kilómetros, conquistar la selva más grande del mundo y buscar los consejos milenarios de los indígenas, toda una película de aventura…. Bueno, en realidad, no es tan difícil.
Es común conseguirlos en la Amazonía-Orinoquía Colombiana, donde eran y son consumidos por indígenas de la región. Para comerlos, te preguntarán: ¿los deseas crudos, a la plancha o fritos? ¡Buen apetito, nuestros amigos viajeros!
En Leticia, capital del Amazonas, podrás disfrutarlo y luego caminar hasta la Plaza Mayor para ver un atardecer en donde el cielo se vuelve rojo por la visita de guacamayas. O, si lo prefieres, viajar hasta el Putumayo, recorrer el Río Arauca para ver a las toninas, delfines rosados que navegan junto a las embarcaciones de madera para que, al final del día, recuperes energías con el mojojoy.
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3. Gelatina de pata
No es una gelatina que toma vida y es capaz de darte poderes mágicos para saltar tan alto como lo hace un canguro. Tampoco es verde, ni fue creada por un científico loco por error, no, no, no.
Esta es una golosina típica de Colombia, ¿se come en cines? No, tampoco. A pesar de lo popular, se vende en plazas públicas y es muy famosa en Cali, la ciudad de la salsa. Lo particular de esta delicia es que se produce con pata de res mediante una cocción larga.
En medio de una ciudad que respira música y cultura, podrás probar este manjar, para luego disfrutar de los mejores shows de salsa y sentirte como si estuvieras en un musical. En el día puedes disfrutar de un día en el río Pance y sentir como si te hubieras transportado a otro lugar. Como dicen en esta tierra, “Cali es Cali, lo demás es loma”.
4. Sopa de criadilla
Llegas a un restaurante de Manizales en los Andes Colombianos, tienes frío. Piensas en qué puede reconfortarte y de manera inmediata se te viene a la mente una sopa. Miras el menú, lees las opciones y encuentras “sopa de criadilla”. Interesante.
Para que no sea una anécdota que parece de una película, te vamos a explicar lo que contiene la sopa de criadilla.
Criadillas o turmas, son denominaciones para los testículos del ternero. Con ese ingrediente se prepara una sopa que revive a cualquiera, eso dicen los que la preparan. ¡Si hay resaca, gripa o desaliento, bienvenida la criadilla!
Las Ferias de Manizales son famosas por su música y folclor; sin embargo, en esta ciudad que parece de fantasía hay mucho más por hacer. Conquistar el Nevado del Ruiz, caminar por la Catedral de Manizales, como también disfrutar del mejor café del mundo.
5. El Cuy
Existen todo tipo de roedores: en algunas películas los han convertido en chefs, pero en esta historia el final no es tan feliz.
Al sur de Colombia, en el departamento de Nariño en el Macizo Colombiano, existe un curioso roedor que vive en las montañas, su nombre es cuy. En esta región es tradicional cocinarlo y llevarlo a la mesa cocido junto a palomitas de maíz y/o papas.
La carne es tierna; sin embargo, su apariencia puede hacer un poco… particular. Lo mejor de probar este plato, es que conocerás un lugar de encanto, donde las iglesias se construyen en el borde de un abismo, como lo es el Santuario de Las Lajas, un lugar que cualquier persona que visite Colombia debe conocer.
6. Pepitoria
No es una película de terror. Tampoco es una preparación extremadamente exótica, de hecho, como si fuera un personaje de un filme, el uso de la sangre y vísceras de cabro tiene su precuela en España.
Con estos ingredientes se prepara la pepitoria, una delicia (así no lo creas) que se realiza en Santander. El plato es un arroz que mezcla estos ingredientes con huevo, queso y especias. A pesar de que suene mal, podría llevarse el premio de reparto a mejor acompañamiento.
Para encontrar la pepitoria no tendrás que buscar mucho, pero si recorrer lugares hermosos. En pueblos de encanto de Santander, cargados de historia y color, como lo son Barichara, Girón o Zapatoca, podrás probarlos. Lo mejor, es que podrás disfrutar de una arquitectura única que parece hecha por un diseñador de arte experto en películas de época.
De toda esta comida colombiana, ¿cuál será la primera que vas a comer en tu visita a Colombia? Anímate a conocer todos los encantos que el país más acogedor del mundo tiene para ofrecerte.
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